sábado, 7 de marzo de 2015

¿Cómo alguien puede construir hermosura ante el dolor más absoluto?

¿Cómo alguien puede construir hermosura ante el dolor más absoluto? Una vez más Isabel Coixet me ha sobrecogido desprevenido y ávidamente me ha trasladado a otro Nanatsu no Taizai.

Aún conmocionado he intetnado observarme a mí mismo. Ahora escribo casi a escondidas y en esta madrugada feroz. Contemplo a mi gata que está acurrucada esperando que le llegue el sueño.
No quiero desvelar nada de la película. Solo quiero que los que decidáis verla no penséis en nada que no sea observar. No juzguéis ninguna toma. Sentir y dejaros llevar. Yo lo hice sin querer, sin darme cuenta. Dejé que un abrazo gélido me traspasase. Y ahora pienso:
"Afortunado aquel que se siente incomprendido y que es capaz de levantar ante si una mirada transparente para observar el mundo desde su yo herido".

Solo tengo palabras de agradecimiento por seguir existiendo y querer seguir luchando.

Temeridad que no se apaga. No se apagan las luces y ya se enciende una fogata.
Mças hacia adentro me encuentro yo estupefacto y arropado por el cariño del invierno.

Y soy inocente cuando digo: "No me gustan los anuncios de colonias" 
Pero soy culpable cuando digo "no me gustan las colonias".
Tantas mujeres semidesnudas con caras de ansiedad sexual que atrapan un bote de cristal como si fuera un vibrador edulcorado que las safisfacerá al modo machista y eminentemente penetrativo.
Tantos hombres definidos como "metrosexuales acérrimo" por la industria del marketing y de la publicidad que enseñando el pechito desnudo y lampiño juegan a ser machos con personalidad gracias a una fragancia que o bien se pronuncia en francés o bien en inglés.

De cualquier manera me siento saturado y abrumado porque ni mis axilas ni mi cuello han deseado PERSONALIZARSE con olores que son capaces de exterminar a cuantos pasajeros se encuentren en metro o ascensor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario